martes, 29 de noviembre de 2016

Clubs BDSM

Una de las cosas que más me sorprendió de las respuestas de samara al test que le entregué, fue que se mostrara dispuesta a participar en un intercambio de parejas. Aunque sospechaba que podía atraerle la idea de hacer públicas algunas de nuestras experiencias (a través, por ejemplo, de un blog), lo cierto es que cuando nos conocimos, me expresó su intención de no llevar éstas más allá del ámbito privado.

He de reconocer que a mí, más que el concepto de intercambiar parejas (soy un Amo difícil de satisfacer), me tienta el hacer partícipes de nuestras prácticas a otras persona, ya sean Am@s o sumis@s, según la situación. Tras comentarlo con samara, nos decidimos a visitar algún club BDSM.

En primer lugar, nos acercamos hasta La Pastelería, un club enclavado en Madrid centro. En la puerta, nos preguntan si conocemos que es lo que esperamos encontrar dentro. No, no venden pasteles. Un lugar discreto, bien situado y bastante ambientado, quizás demasiado. En algún momento es difícil moverse en lo reducido del local. Impresiona más de club social o liberal, que de un círculo BDSM. Una buena opción para salir una noche de manera desenfadada, con precios asequibles. Una toma de contacto, aunque nos quedamos con ganas de más.

Rosas 5 es diferente. Ubicado en Barcelona y difícil de localizar, sería complicado entrar por error. Con un mobiliario S/m y multitud de herramientas de castigo/placer, impresiona de lugar para prácticas más que como local donde socializar. Cuenta con una mazmorra bastante excitante y al estar menos concurrido, invita a probar el menaje y los instrumentos. Solicitan tus datos al entrar, a tener en cuenta por personas retraídas. Es la opción para quienes busquen experimentar.

Tengo que señalar, que si bien samara se mostraba bastante cohibida para mostrar su sumisión en el club, finalmente acabó arrodillada lamiendo mis botas delante de los presentes. Es de esperar, según los avances en la entrega que demuestra, que en próximas visitas me ruegue ser azotada o sometida de mil formas distintas. Pero eso, tendrá que ganárselo ...


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