miércoles, 31 de mayo de 2017

Retrospectiva

Estos días he estado leyendo numerosos blogs y páginas web que tratan sobre humillación en BDSM, he dejado de lado aquellos que la utilizan como método de castigo, lo cierto es que me he llevado una sorpresa porque, o bien se trata el tema en general como el objetivo a nivel emocional, las precauciones a integrar (lo típico de si es verbal no recurrir a palabras que denigren el aspecto físico, ni a cosas por las cuales el/la sumisa/o se sienta acomplejado, etc para no provocar un daño psicológico más que a una humillación que pueda resultar excitante) o bien sí que profundizan en ejemplos pero una gran mayoría lo hace sobre la humillación masculina o sobre el convencionalismo de la humillación verbal femenina (zorra, puta, etc). La definición de humillación me ha resultado cuanto menos curiosa:

1. tr. Inclinar o doblar una parte del cuerpo, como la cabeza o la rodilla, especialmente en señal de sumisión y acatamiento.
2. tr. Abatir el orgullo y altivez de alguien.
3. tr. Herir el amor propio o la dignidad de alguien.
4. prnl. Dicho de una persona: Pasar por una situación en la que su dignidad sufra algún menoscabo.
5. prnl. desus. Arrodillarse o hacer adoración.

Una de las definiciones de vergüenza es “turbación del ánimo ocasionada por la conciencia de alguna falta cometida, o por alguna acción deshonrosa y humillante” lo que me lleva a hacer la reflexión de que algunas cosas que me producen vergüenza me excitan, lo cual me hace sentir más humillada. Si bien es cierto que cada cual la vive de un modo distinto, me resulta curioso que no se trate este tema de forma más explícita.

Considero que los ejemplos hacen que las cosas se disciernan mejor, aunque no esté a favor de airear mi vida privada, expondré uno. Charlaba a menudo con un amigo dominante desde los 16 años, lo cierto es que yo en algunas ocasiones había sido bastante descortés con él llegando a ser incorrecta e hiriente (la confianza da asco) y siempre me decía que me comportaba como una malcriada y que todas esas cosas se las anotaba para darme en algún momento el castigo que me merecía, tras lo cual yo siempre me reía y le decía que algún día pensando que ese día nunca iba a llegar. Bien, cumplí los 21 años y me desafió para “saldar” mis deudas y yo, tras mucho pensarlo, accedí. Estaba en su casa y me dijo que me arrodillara en el suelo y me recostara sobre la cama. Estando en esa posición me bajó los leggins y las bragas y me empezó a azotar y sermonear acerca de que seguía teniendo una actitud altiva, soberbia y que en numerosas ocasiones continuaba comportándome como una maleducada (no es que yo tuviese ese concepto de mí misma, cierto es que en algunas circunstancias sí lo había sido frente a algún comentario o actitud suya hacia mí que no me había gustado, pero no era lo habitual) y que, el hecho de que me siguiese comportando como cuando tenía 16 años, me hacía merecedora de unos azotes. Cuando terminó me preguntó si estaba bien... Qué decir, no podía ni responder, mis pensamientos iban a mil por hora, me sentía avergonzada porque con 21 años ya te crees muy mayor y aquello era realmente humillante (a mí nunca me habían dado unos azotes en un contexto así), por el aquél entonces sentía que me encontraba en una posición ridícula, me escocía el derrière, me acababan de sermonear como se hacía antiguamente a los niños y me preguntaba qué hacía allí pero, a la vez, sorprendéntemente estaba más excitada de lo que nunca había estado. Después de aquello me atreví a probar el spank sin el resultado esperado y estuve dándole vueltas mucho tiempo con la incógnita de porqué aquella vez me excitaron tanto unos azotes y ahora no lo hacían... hasta que descubrí (y me costó mucho aceptar) que no eran los azotes, si no la situación de subordinación, doblegamiento y humillación lo que me llevaba a ese estado que tanto me gustó.


Imagino que hay mujeres a las que les humilla que les hagan comer del suelo, otras a las que lo hace que las insulten, otras a las que les hagan vestir de criadas, llevar el plug puesto a la compra, no sé, me vienen muchas cosas a la mente pero es un tema que no veo que se hable en demasía y me produce curiosidad, si alguien comparte experiencias ya sea en público o en privado (conversaciones por email), sabe de algún blog o foro, estaré realmente agradecida.

domingo, 14 de mayo de 2017

Saber ubicarse

Una de mis dificultades es distinguir cuando estamos en modo pareja (siempre con las reglas acordadas que se tienen que cumplir en todo momento) y en modo “sesión”. Lo expreso de esta forma porque, en la cotidianidad de nuestra relación se dan situaciones por las cuales mi Amo puede pedirme algo y a veces ser, o no, una orden más que una petición y yo no comprender realmente qué es.

Algunas personas, para marcar el cambio, nos habían propuesto llamarnos por nuestro seudónimo. Sopesamos la idea pero la rehusamos porque cuando se queda una tarde, un fin de semana, etc. los momentos están más delimitados y, añadiendo que soy una persona un tanto despistada, sé que no es complicado que, en algún momento, se me escape el seudónimo en un lugar inadecuado cosa que nos podría meter en un aprieto.

La solución que hemos adoptado finalmente es un anillo convencional. Dado que nunca llevo anillos ni pulseras es algo que, cuando lo llevo puesto, no me incomoda pero sí me resulta notorio y por tanto me recuerda en qué posición me encuentro. Mientras mi Amo no ordene lo contrario lo llevo colgando en un collar para tenerlo siempre a su disposición.

domingo, 7 de mayo de 2017

Anuncios polémicos

Hay y han habido muchos anuncios polémicos por parte de muchas marcas que actualmente están en el mercado, sin embargo, hay uno en especial que me gustaría compartir porque me fascina su carga erótica y la elegancia con que han plasmado la escena. Espero que os guste.


http://www.harpersbazaar.es/moda/tendencias/gucci-tom-ford-publicidad-escandalo-primavera-2003



jueves, 4 de mayo de 2017

Post en directo

A cuatro patas, con los ojos vendados, un vibrador con mando a distancia en su vagina y un gracioso y elegante rabito de conejo en su gracioso y elegante culo, así se encuentra samara en este momento. Hace unos días me comentó, durante una de nuestras habituales conversaciones (uno de los puntos positivos de la convivencia) que últimamente se excitaba especialmente con las prácticas en las que era humillada, algo que estimuló esa faceta mía, que hasta ahora no había podido mostrar en toda su plenitud.

Así la cosa, se me ocurrió escribir este post mientras la uso como escabel, para dar a conocer al ciberuniverso esta nueva dimensión de nuestra relación. La humillación me parece un punto fundamental de una relación BDSM, ya que supone el ofrecimiento total del sumis@, renunciando a sí mism@, para entregarse por completo a los deseos de su Am@.

No recuerdo cuando comenzamos con las prácticas de humillación, pero hace unos meses no se me habría ocurrido pensar que samara pudiera excitarse con este tipo de experiencias. Lo cierto es que samara se mostraba escéptica frente a los elementos de humillación cuando comenzamos con nuestra relación y en el transcurso de la misma ha tenido el placer de probarla, gracias a que en mi afán de someterla, no he escatimado recursos humillantes. Espero que en futuras sesiones, se sienta igualmente excitada a medida que sigamos probando nuevas prácticas, no porque sea un principio fundamental en la relación, sino porque ello permitirá aumentar su entrega y poner de manifiesto su obediencia.