Ceñida, mostrando toda tu feminidad. Con tu pelo suelto y preparada para quemar la ciudad. Vestida completamente de negro, como yo, para que todos sepan a quien perteneces. Sensual, con tus altos tacones, como sabes que me gusta que vayas. Te permitiré bajar tu cabeza y lamer la suela de mis botas. Ya se que es algo que no te agrada, pero va siendo hora de que aprendas que tu placer depende de complacerme. Y me encanta tenerte bajo la suela de mi zapato, sentir tu fragilidad y sumisión.
Con el vibrador entre tus piernas, camino de la perdición, quizás te ordene sentarte junto a algún chico en el metro o permanecer de pie, de espaldas a él, con tus piernas abiertas y las manos a la espalda, mostrándole ese culo que me pertenece. Luego, en el club, podrás encargarte de atenderme y servirme como te indique.
Creo que ha llegado el momento, ahora que cumples un año más, de que demuestres eso que susurras mientras te poseo: que me perteneces. Ahora tienes que probar que puedes obedecer sin rechistar, como solías hacer hasta ahora. Ha llegado el día de que comiences a entender lo que significa ser mi sumisa.
Felicidades!!.
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