Hay algo en ti que no puede dejar de
pensarlo, una idea que recorre tu mente y sacude tu cuerpo. Una
sacudida que duele pero que a la vez te agrada y que cuando finaliza
vuelves a anhelarla. Te acostumbras al vacío. Pero realmente al
vacío jamás te acostumbras y ahora ya no buscas sacudidas. La idea
crece en tu mente y se propaga como un cáncer. Ahora deseas
electricidad y no pararás hasta encontrarla. “Hallaste en mí lo
que crees que necesitas, lo que no sabes querida, es que mi
electricidad, entre otras cosas, puede quemar y arrasar todo a su
paso”. Vacilante notas el corazón en tu garganta y un nudo en el
estómago te hace dudar. El azar es caprichoso. Él es paciente y con
su sonrisa malévola se torna hacia la salida. Las palabras resuenan
en el lugar “bien pues, arrasémoslo todo, al fin y al cabo lo peor
que puede suceder es que haya que volver a construir”. Sus carcajadas
auguran fuego. Ni el mejor hielo puede resistirse al calor. Y es aquí
queridos amigos donde empieza la transformación.
Por ti y para ti. Evapórame para que pueda mojarte como nunca jamás nada lo ha hecho.Gotas que se funden al tocar suelo. Ríos que corren su cauce. Mares que bañan la tierra hasta llegar a los extremos donde, a tu capricho, me convierta en el hielo que un día fui.
Por ti y para ti. Evapórame para que pueda mojarte como nunca jamás nada lo ha hecho.Gotas que se funden al tocar suelo. Ríos que corren su cauce. Mares que bañan la tierra hasta llegar a los extremos donde, a tu capricho, me convierta en el hielo que un día fui.
Tu eres la energía que impulsa mis
cambios, eres mi ilusión de ser.
Asolemos nuestro mundo para que, juntos, podamos volver a levantar
algo tan grande que hasta el nihilismo tenga que retractarse.
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