lunes, 24 de julio de 2017

El pasado, ¿pasado está?

Hoy he leído un post que me ha removido muchos sentimientos y me ha hecho llorar no sé si de pena, de consuelo o de desconcierto. Trata sobre una mujer sumisa que describe como en su infancia y adolescencia empezaba a tener tendencias sumisas y las situaciones que se le daban y cómo se sentía. Lo cierto es que me siento muy identificada porque yo hacía cosas parecidas y sentía algo similar desde muy pequeña como es la vergüenza, la culpa, la rabia, la frustración, el miedo y el deseo al imaginar o excitarme con situaciones o escenas que podríamos considerar D/s o BDSM.

Cuando tenía 7 años pasaba los veranos jugando con una amiga a que eramos azotadas por unos secuetradores y con más temprana edad a unos médicos un tanto diferentes al resto de niños. Sobre los 10 años descubrí por error (cuando aún grabábamos las películas de la tele) una película que me gustaba mucho de Rocco Siffredi donde “sometía” y sodomizaba a una chica rubia, me encantaba ver como le tiraba del pelo y la azotaba a la vez que la embestía. Cada vez que la veía la rebobinaba hasta el punto donde me la encontraba, para que no se dieran cuenta de que la veía. A los 13 años con internet empecé a descubrir relatos sobre D/s (en casi todos predominaba el spank). Algunos me encantaba leerlos y luego me masturbaba imaginándolos, sin embargo, después del disfrute me invadía un gran sentimiento de culpa y de miedo por si alguien descubría que había estado merodeando por esas páginas (¿cómo me podría gustar que me azotasen y me obligasen a hacer algo? ¿qué iban a pensar de mí mis familiares? ¿y la gente? ¿era una enfermedad?). Desde luego normal no era, mis amigas hablaban de chicos y de sexo desde que tenía 14 años y no lo hacían del modo en el que yo me lo imaginaba. También tengo que decir que leyendo algún relato BDSM lloré por pena de la persona que desempeñaba el rol de “sumis@” porque me parecían muy heavys ya fuese porque había sangre por el medio o situaciones que yo consideraba en aquellos momentos que eran no consentidas y en esos momentos me prometía a mí misma que jamás lo llevaría a cabo pero la curiosidad y la excitación que me producía algunos relatos hacía que volviese a leerlos.
Con 16 años descubrí en el chat de terra que había unos nicks muy raros que ponía “Amo-...” y empecé a preguntar, bueno, más que a preguntar a molestar porque no creo que estuviesen interesados en contarme nada con esa edad, hasta que a los 17 cuando empecé la universidad y salí del domicilio familiar tenía más libertad para buscar información y descubrí que había un canal llamado sumisión y se abrió más mi mente. Empecé a charlar con algunas personas a las que le gustaba la D/s y me enseñaron mucha teoría, también me advirtieron de que este mundillo también tenía peligro y más para alguien de mi edad. Descubrí fetlife y una infinidad de cosas que desconocía, cosas que imaginaba pero que nunca me había atrevido a escribir siquiera (y es que hay cosas que aún me cuesta verbalizar).
Pasé una temporada (más o menos hasta 22 o 23) donde intenté tener relaciones vainilla, de verdad que me esforzaba por que me resultasen satisfactorias, pero lo cierto es que me aburría como una ostra, tanto en el plano psíquico porque necesitaba un poco de tira y afloja (si bien es cierto que dí con personas que solían ceder casi siempre a mis apetencias), como en el plano sexual. El sexo al uso no me motivaba y no me atrevía a contar mis fantasías más ocultas por lo que me limitaba a tenerlo muy de vez en cuando con ellos y por otro lado ya me las apañaba sola. Siempre había pensado que una relación de pareja no era compatible con el BDSM porque era algo antinatural y oscuro que no podía salir a la luz hasta que me dí cuenta chateando que había personas que sí concebían tener una relación BDSM fuera del sexo y ví que algunas hasta iban bien (o eso parecía). Yo había tenido un par de experiencias muy breves y no demasiado buenas con el BDSM (si es que se puede llamar así porque de lo súper básico no pasamos) por lo que también seguir intentando abrirme a alguien como para que supiera mis secretos más ocultos y además no sólo conociese mi “yo sumisa” si no también mi “yo de calle” era algo que deseaba con todas mis fuerzas y a la vez me aterraba hasta que conocí a Sión que primero me conquistó como persona y luego se ganó mi confianza para avanzar.


Volviendo a lo anterior tengo que decir que admiro a esa mujer porque ella ha sido capaz de progresar y alcanzar lo que anhelaba sin sentir esa retahíla de sentimientos nocivos que yo aun sigo sintiendo a veces (no siempre y sólo con algunas cosas) pero siguen ahí anclados a mi yo. Admiro mucho que haya sido capaz de aceptarse tal y como es y hacerlo público. Por otro lado mi parte analítica me lleva a pensar por qué una persona desde tan pequeña puede desarrollar ese tipo de tendencias. Seguro que muchas más personas han sentido o vivido situaciones desde pequeños que dejaban entrever este tipo de tendencias, ya sean dominantes o sumis@s. Una vez alguien me contó que de pequeño fantaseaba cuando estudiaba historia con el hecho de la esclavitud, se imaginaba dominando a las esclavas. Si es algo que desarrollamos desde tan pequeños ¿habrá algún tipo de medio que “promueva” este tipo de personalidades? ¿puede ser algo que venga predispuesto en los genes como la probabilidad de padecer cáncer por ejemplo? El hecho de pensar que podemos sentirnos así desde tan pequeños es algo que me sorprende y desconcierta.  

miércoles, 19 de julio de 2017

Azote y Café

Hoy mi Amo me ha enseñado un vídeo que me ha gustado mucho. Es una entrevista a una sumisa joven que vive en un 24/7 con su marido y cuenta un poco la evolución de su sexualidad, cómo se iniciaron, etc. En ciertos aspectos creo que muchas personas podemos sentirnos muy identificadas con lo que explica, diría más pero es mejor verlo por uno mismo:

lunes, 17 de julio de 2017

Estirando los límites

No había sido su mejor semana. Después de faltar a sus obligaciones durante varios días, decidió desafiarme a llegar a un límite que ella creía no tener.

Quise mostrarme benevolente y le advertí sobre lo inapropiado de su actitud. A pesar de ello, persistió en su insolencia, por lo que no me dejó otra salida que aplicar un correctivo adecuado a su comportamiento.

Con el primer azote, entendió lo equivocado de su conducta e intentó enmendar su error, pero la indulgencia no era una opción, necesitaba un severo correctivo.
Aún recuerdo como se le demudó la cara al ver las pinzas. Aunque intente ocultarlo, las detesta y pensé que así recordaría cual es su lugar y como debe comportarse. Me gusta ver como cierra los ojos y se muerde el labio para no decir ninguna barbaridad. Sabe que debe mantener unos buenos modales.

Acabó suplicando que parara y reconociendo lo inapropiado de su actitud. Desde entonces no ha vuelto a desobedecer las normas que tiene impuestas.

Resultado de imagen de mujer atada

jueves, 8 de junio de 2017

Redes Sociales

En este post me gustaría hablar de las redes sociales. Sé que hay algunos grupos creados en whatsapp, telegram y otras aplicaciones del estilo pero no voy a entrar en detalle, entre otras cosas porque no formo parte de ninguna y, por tanto, no puedo opinar. Últimamente he visto que alguna app se esta haciendo para encuentros. Al margen de estas, me gustaría hablar sobre algunas de las redes sociales de las que soy partícipe.

La primera que quiero mencionar es Fetlife (creo que es la más antigua) tiene muchas cosas muy buenas como que es internacional, creo que es la que más participantes tiene. Se han creado muchos grupos donde se tratan temas muy interesantes (algunos por comunidades, otros por temáticas, varios donde se debate y, además, puedes ver eventos que se realizan sobre la temática en distintas ciudades, etc) pienso que no deja indiferente a nadie puesto que he encontrado grupos de lo más variopintos. Un fallo que le veo es que, en caso de que quieras buscar personas con determinadas características no tienes cómo realizar un filtrado, tienes que ir viendo perfil por perfil. No entraré en más detalles sobre esta porque creo que ya es muy conocida.

La segunda que quiero citar es dominaciónworld, para mí una página de contactos extraordinaria y, en mi opinión, muy desaprovechada, ya que, si la comparamos con Fetlife, tiene menos usuarios pese a ser internacional también. Asimismo tiene grupos, puedes exponer tus gustos, fotos, vídeos, hay un apartado de chat como el de Facebook y otro de blogs muy interesante. Lo que más me gustó de esta página es que puedes buscar contactos ya sea por rol, por parejas, o por ubicación (al abrir el mapa de tu zona te salen las personas que hay cercanas a ti). Otra de las cosas que me gustó es que puedes seleccionar tu privacidad del perfil y filtrar para qué tipo de usuarios puedes estar o no visible, lo que te permite realizar un cribado importante y evitar esa sobrecarga de solicitudes de amistad fútiles.

La tercera que también me gusta mucho es el Palacio del BDSM, también se puede filtrar la privacidad, buscar amistades por las afinidades, hay blogs, eventos, foros, salas de chat, etc. en cierto modo, es parecida a la anterior.

Por último dejar el nombre de otras que, personalmente no me han gustado mucho pero que, como cada persona es un mundo, quizá a alguien sí le sea de interés: social BDSM, Mansión BDSM, flechazos BDSM y someteme. Probablemente hayan otras pero estas son las que, para mí, han sido más accesibles.


miércoles, 31 de mayo de 2017

Retrospectiva

Estos días he estado leyendo numerosos blogs y páginas web que tratan sobre humillación en BDSM, he dejado de lado aquellos que la utilizan como método de castigo, lo cierto es que me he llevado una sorpresa porque, o bien se trata el tema en general como el objetivo a nivel emocional, las precauciones a integrar (lo típico de si es verbal no recurrir a palabras que denigren el aspecto físico, ni a cosas por las cuales el/la sumisa/o se sienta acomplejado, etc para no provocar un daño psicológico más que a una humillación que pueda resultar excitante) o bien sí que profundizan en ejemplos pero una gran mayoría lo hace sobre la humillación masculina o sobre el convencionalismo de la humillación verbal femenina (zorra, puta, etc). La definición de humillación me ha resultado cuanto menos curiosa:

1. tr. Inclinar o doblar una parte del cuerpo, como la cabeza o la rodilla, especialmente en señal de sumisión y acatamiento.
2. tr. Abatir el orgullo y altivez de alguien.
3. tr. Herir el amor propio o la dignidad de alguien.
4. prnl. Dicho de una persona: Pasar por una situación en la que su dignidad sufra algún menoscabo.
5. prnl. desus. Arrodillarse o hacer adoración.

Una de las definiciones de vergüenza es “turbación del ánimo ocasionada por la conciencia de alguna falta cometida, o por alguna acción deshonrosa y humillante” lo que me lleva a hacer la reflexión de que algunas cosas que me producen vergüenza me excitan, lo cual me hace sentir más humillada. Si bien es cierto que cada cual la vive de un modo distinto, me resulta curioso que no se trate este tema de forma más explícita.

Considero que los ejemplos hacen que las cosas se disciernan mejor, aunque no esté a favor de airear mi vida privada, expondré uno. Charlaba a menudo con un amigo dominante desde los 16 años, lo cierto es que yo en algunas ocasiones había sido bastante descortés con él llegando a ser incorrecta e hiriente (la confianza da asco) y siempre me decía que me comportaba como una malcriada y que todas esas cosas se las anotaba para darme en algún momento el castigo que me merecía, tras lo cual yo siempre me reía y le decía que algún día pensando que ese día nunca iba a llegar. Bien, cumplí los 21 años y me desafió para “saldar” mis deudas y yo, tras mucho pensarlo, accedí. Estaba en su casa y me dijo que me arrodillara en el suelo y me recostara sobre la cama. Estando en esa posición me bajó los leggins y las bragas y me empezó a azotar y sermonear acerca de que seguía teniendo una actitud altiva, soberbia y que en numerosas ocasiones continuaba comportándome como una maleducada (no es que yo tuviese ese concepto de mí misma, cierto es que en algunas circunstancias sí lo había sido frente a algún comentario o actitud suya hacia mí que no me había gustado, pero no era lo habitual) y que, el hecho de que me siguiese comportando como cuando tenía 16 años, me hacía merecedora de unos azotes. Cuando terminó me preguntó si estaba bien... Qué decir, no podía ni responder, mis pensamientos iban a mil por hora, me sentía avergonzada porque con 21 años ya te crees muy mayor y aquello era realmente humillante (a mí nunca me habían dado unos azotes en un contexto así), por el aquél entonces sentía que me encontraba en una posición ridícula, me escocía el derrière, me acababan de sermonear como se hacía antiguamente a los niños y me preguntaba qué hacía allí pero, a la vez, sorprendéntemente estaba más excitada de lo que nunca había estado. Después de aquello me atreví a probar el spank sin el resultado esperado y estuve dándole vueltas mucho tiempo con la incógnita de porqué aquella vez me excitaron tanto unos azotes y ahora no lo hacían... hasta que descubrí (y me costó mucho aceptar) que no eran los azotes, si no la situación de subordinación, doblegamiento y humillación lo que me llevaba a ese estado que tanto me gustó.


Imagino que hay mujeres a las que les humilla que les hagan comer del suelo, otras a las que lo hace que las insulten, otras a las que les hagan vestir de criadas, llevar el plug puesto a la compra, no sé, me vienen muchas cosas a la mente pero es un tema que no veo que se hable en demasía y me produce curiosidad, si alguien comparte experiencias ya sea en público o en privado (conversaciones por email), sabe de algún blog o foro, estaré realmente agradecida.

domingo, 14 de mayo de 2017

Saber ubicarse

Una de mis dificultades es distinguir cuando estamos en modo pareja (siempre con las reglas acordadas que se tienen que cumplir en todo momento) y en modo “sesión”. Lo expreso de esta forma porque, en la cotidianidad de nuestra relación se dan situaciones por las cuales mi Amo puede pedirme algo y a veces ser, o no, una orden más que una petición y yo no comprender realmente qué es.

Algunas personas, para marcar el cambio, nos habían propuesto llamarnos por nuestro seudónimo. Sopesamos la idea pero la rehusamos porque cuando se queda una tarde, un fin de semana, etc. los momentos están más delimitados y, añadiendo que soy una persona un tanto despistada, sé que no es complicado que, en algún momento, se me escape el seudónimo en un lugar inadecuado cosa que nos podría meter en un aprieto.

La solución que hemos adoptado finalmente es un anillo convencional. Dado que nunca llevo anillos ni pulseras es algo que, cuando lo llevo puesto, no me incomoda pero sí me resulta notorio y por tanto me recuerda en qué posición me encuentro. Mientras mi Amo no ordene lo contrario lo llevo colgando en un collar para tenerlo siempre a su disposición.

domingo, 7 de mayo de 2017

Anuncios polémicos

Hay y han habido muchos anuncios polémicos por parte de muchas marcas que actualmente están en el mercado, sin embargo, hay uno en especial que me gustaría compartir porque me fascina su carga erótica y la elegancia con que han plasmado la escena. Espero que os guste.


http://www.harpersbazaar.es/moda/tendencias/gucci-tom-ford-publicidad-escandalo-primavera-2003